El azafrán es una flor amplia y luminosa que es brillante y divertida.
El Azafrán crece en las zonas costeras y subalpinas, lo que significa que es una flor que no necesita tener un clima tropical cálido para crecer.
Hay una gran cantidad de estilos de azafrán y unas 80 especies. La flor en sí es tiene la forma de una copa y es una flor que crece a partir de un solo tallo. Puedes encontrarla en colores como el blanco, amarillo, lila, y algunos tonos de rojo.
El azafrán puede formar un gran ramo de flores. Sin embargo, a veces puede ser difícil de encontrar o no estar disponible cuando lo necesitas, lo que llega a elevar el costo de la flor; pero si quieres una hermosa flor, esta es sin duda una gran opción.
Algo bueno del Azafrán, es que como es muy resistente, florece y durar mucho tiempo, incluso si se corta. Por lo tanto, asegúrate de estar cortándolas para tus ramos cuando la flor se cierra, va a durar mucho más tiempo de esa manera y se ven muy bien.
Estas plantas tienen que estar en un área donde puedan obtener una gran cantidad de luz solar, ya que tienen que estar con tierra bien drenada para que, si hay demasiada agua, pueda librarse de ella.
El azafrán es muy resistente y dependiendo del clima en que estén creciendo, a veces se les puede ver florecer incluso con nieve en el suelo, lo que es bastante sorprendente.
Sembrado
Elige un sitio a pleno sol o sombra parcial que cuente con un suelo bien drenado. Planta tu azafrán en otoño, prepara la tierra con un tenedor de jardín para aflojar el suelo a una profundidad de 12 a 15 pulgadas. A continuación, haz una mezcla con composta de 2 a 4 pulgadas.
Ajusta los bulbos a 4 pulgadas de profundidad, de manera que quede el extremo puntiagudo hacia arriba. Cúbrelos con tierra y presiona firmemente (también puedes sembrar los bulbos directamente en el césped). Riega de manera abundante después de la siembra.
Se conocen más de cien especies y subespecies de azafranes, de las que se cultivan unas 30.
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